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martes, 2 de septiembre de 2014

Manchas blancas de vapor deformes

sentado en las escaleras de piedra, el sol reluciente y el fuerte aroma a margaritas una suave brisa que acompaña el ir y venir de mi cabello , todo al unísono. me acomodo las gafas que poco a poco se van deslizando por el sudor en los poros de mi nariz. tranquilidad y suave movimiento, miro al cielo y pienso qué sería aquello de ahí arriba sin aquellas inmensas manchas blancas de vapor deformes, quizás son como nosotros aquí abajo: somos insignificantes pero a la vez imprescindibles, no puedo encontrar explicación alguna para todo esto, quizás tan sólo es cuestión de tiempo y de que la brisa poco a poco vaya poniendo al sitio las cosas...

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